Dice uno de los mejores fondistas de todos los tiempos, por no decir el mejor. Una leyenda viva del atletismo como Haile Gebrselassie ha anunciado su retirada, a los 37 años de edad. Atrás deja casi 20 años de carrera deportiva y muchas medallas y records. Por delante, quien sabe si una prolífica carrera en el mundo de la política.
Sus últimas zancadas las dio durante el clásico maratón de Nueva York. Era su último objetivo, una espinita clavada que se le resistía, y que finalmente no pudo sacar. El atleta etíope tuvo que retirarse cuando llevaba 25 kilómetros por una inflamación en la rodilla y poco después sorprendía a todos con su decisión. “Me retiro. Es el momento de irme y dar oportunidad a los jóvenes”.Aquel niño que comenzó a correr para poder llegar a tiempo a la escuela apenas creció en altura cuando se hizo hombre, pero sí creció como atleta y con él, creció la leyenda. Con unas piernas muy largas en proporción a su estatura, deslumbró al mundo cuando se proclamó campeón mundial sub-21 en 5.000 y 10.000. Sólo un año después, en 1993, llegaron sus primeras medallas como profesional.
A partir de ahí, 4 oros mundiales, 1 plata y 1 bronce en 10.000 y una plata en los 5.000, además de dos oros Olímpicos en la disciplina de 10 mil. En pista cubierta logró otros cuatro oros en las pruebas de 3.000 y 1.500. Dominó la mayor disciplina de fondo durante la década de los 90 de forma aplastante, como pocos atletas lo hacían en su modalidad y se hartó de batir sus propios records.
Derrotado en los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004, Gebrselassie se pasó al maratón. Sólo tardó dos años en batir el record del mundo, marca que volvería a rebajar dejándola en el actual 2h 03m 58s. Venció en pruebas prestigiosas como Londres, Dubai, Fukuoka o Amsterdam, pero no participó en los Juegos de Pekín porque padece de asma y la polución de la capital china le impediría rendir a un nivel competitivo.
Sus últimas zancadas las dio durante el clásico maratón de Nueva York. Era su último objetivo, una espinita clavada que se le resistía, y que finalmente no pudo sacar. El atleta etíope tuvo que retirarse cuando llevaba 25 kilómetros por una inflamación en la rodilla y poco después sorprendía a todos con su decisión. “Me retiro. Es el momento de irme y dar oportunidad a los jóvenes”.Aquel niño que comenzó a correr para poder llegar a tiempo a la escuela apenas creció en altura cuando se hizo hombre, pero sí creció como atleta y con él, creció la leyenda. Con unas piernas muy largas en proporción a su estatura, deslumbró al mundo cuando se proclamó campeón mundial sub-21 en 5.000 y 10.000. Sólo un año después, en 1993, llegaron sus primeras medallas como profesional.
A partir de ahí, 4 oros mundiales, 1 plata y 1 bronce en 10.000 y una plata en los 5.000, además de dos oros Olímpicos en la disciplina de 10 mil. En pista cubierta logró otros cuatro oros en las pruebas de 3.000 y 1.500. Dominó la mayor disciplina de fondo durante la década de los 90 de forma aplastante, como pocos atletas lo hacían en su modalidad y se hartó de batir sus propios records.
Derrotado en los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004, Gebrselassie se pasó al maratón. Sólo tardó dos años en batir el record del mundo, marca que volvería a rebajar dejándola en el actual 2h 03m 58s. Venció en pruebas prestigiosas como Londres, Dubai, Fukuoka o Amsterdam, pero no participó en los Juegos de Pekín porque padece de asma y la polución de la capital china le impediría rendir a un nivel competitivo.
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